Es evidente que la pandemia del COVID-19 ha tenido un impacto negativo en la industria del automóvil, ya que se predecía un 2020 clave para el mercado de los vehículos eléctricos. Sin embargo, hay mucha gente que aboga por este tipo de vehículos para reconstruir el futuro y la economía mediante una estrategia sostenible cuando la pandemia llegue a su fin.
Aunque el interés por los vehículos eléctricos ha crecido con rapidez en la última década, hay un gran número de clientes potenciales que siguen teniendo ideas equivocadas sobre esta industria, lo que les impide dar el salto. Estos conceptos erróneos suelen girar en torno a los costes, el rendimiento, la utilidad y los verdaderos beneficios de los vehículos eléctricos para el medio ambiente. A continuación, vamos a analizar las inquietudes más habituales entre los clientes para determinar si son justificadas.
1. ¿Son los vehículos eléctricos tan económicos como los de combustión?
Hay consumidores que han optado por no adquirir modelos eléctricos o híbridos suponiendo que tienen un coste muy alto. Sin embargo, los vehículos eléctricos tienen ahora un menor coste y suelen ser más económicos a largo plazo. Por ejemplo, el precio recomendado por SEAT para su vehículo eléctrico Mii en España es de solo 17 900 €, mientras que el Nissan Leaf, uno de los modelos más populares del mercado, está disponible por 25 900 € (EN). Asimismo, puedes ahorrarte hasta 6 000 € en el precio de la compra gracias a diferentes programas de incentivos para vehículos eléctricos en Europa. De esta manera, muchos modelos de vehículos eléctricos tienen un precio menor que los de combustión y son más económicos a largo plazo. Un estudio (EN) de Estados Unidos muestra que, de media, los propietarios de vehículos eléctricos ahorran 632 $ al año en gastos de funcionamiento en comparación con los de combustión, lo que se significa que incluso los modelos más caros pueden ser más económicos tras varios años (consulta la gráfica de arriba).
¿Qué es lo que permite ahorrarse todo ese dinero? Además de los programas de incentivos mencionados, el ahorro proviene fundamentalmente de la gasolina y los costes de mantenimiento. En primer lugar, el precio de consumo es menor por kilómetro, ya que la electricidad es más barata que la gasolina y los vehículos eléctricos son más eficientes.. En segundo lugar, el Departamento de Energía de los Estados Unidos (EN) explica que los costes de mantenimiento del vehículo eléctrico son menores porque tienen menos cantidad de fluidos (aceite y líquido de transmisión) que necesiten cambiarse y de partes en movimiento que precisen repararse o sustituirse. Por último, los vehículos eléctricos incorporan una tecnología conocida como frenado regenerativo que aprovecha la energía cinética perdida para devolverla a la batería, lo que se traduce en un menor consumo de pastillas de freno a lo largo de los años.
También es importante mencionar que los vehículos eléctricos tienen una estructura más pesada y un par motor instantáneo que aumentan la necesidad de sustituir los neumáticos con mayor frecuencia. Además, los propietarios de vehículos eléctricos también tendrán que cambiar la batería, lo que puede ser un proceso costoso. Sin embargo, la mayoría de las baterías de los vehículos eléctricos duran aproximadamente 10 años y los informes demuestran que el coste se reducirá enormemente en los próximos años. Ten en cuenta que reparar o sustituir el motor de un vehículo de combustión puede llegar a costar hasta 10 000 €, mientras que, con un vehículo eléctrico, no es necesario acudir tanto al taller, lo que reduce también los costes a largo plazo.
2. ¿Son los vehículos eléctricos tan rápidos como los de combustión?
Muchas personas asocian la potencia con el sonido de los motores revolucionados y piensan que el silencio de los vehículos eléctricos demuestra su falta de velocidad y rendimiento. Sin embargo, ocurre justo lo contrario. Los vehículos eléctricos tienen una mayor aceleración que los de combustión y llegan a una velocidad más que suficiente para el uso del día a día.
Esto se debe a que los motores eléctricos son mucho más sencillos que los de combustión, por lo que pueden generar un par motor completo (la fuerza que impulsa al vehículo) desde los 0 kilómetros, lo que produce una aceleración instantánea. Los motores de combustión tradicionales requieren más tiempo para que la potencia del motor llegue a las ruedas y pueden necesitar otra revolución para alcanzar el par motor máximo. Además, necesita viajar por más partes en movimiento, como la caja de cambios, reduciendo así la eficiencia.
Sin embargo, el motor sencillo de los vehículos eléctricos tiene un inconveniente. Dado que la mayoría de los vehículos eléctricos funcionan con una sola marcha, los fabricantes deben compensar la aceleración con la velocidad. Imagina que tienes que elegir una sola marcha para tu bicicleta: la más alta te dificultaría empezar a pedalear y la más baja no te permitiría ir muy rápido. Por este motivo, muchos modelos de vehículos eléctricos optan por encontrar un equilibrio, lo que supone una velocidad máxima menor que la de los vehículos de combustión. Aun así, la velocidad máxima de los vehículos eléctricos más conocidos alcanza los límites de velocidad permitidos en la mayoría de los países del mundo (EN). A menos que seas un conductor de carreras, la velocidad máxima de tu vehículo eléctricos será más que suficiente.
3. ¿Cuál es la diferencia de autonomía entre los vehículos eléctricos y los de combustión?
Según una encuesta (EN) reciente, la preocupación más habitual entre los posibles compradores es la autonomía de los vehículos eléctricos en los viajes. Sin embargo, ya no es necesario preocuparse por esto porque muchos modelos nuevos de vehículos eléctricos tienen una autonomía similar a los de combustión.
Por ejemplo, un vehículo de combustión tiene una autonomía media de 482 km (EN) con el tanque lleno, mientras que la mayoría de los modelos eléctricos tienen una autonomía de 200-490 km con una sola carga. Según los datos del procedimiento WLTP (EN), los modelos eléctricos más nuevos como el Hyundai Kona Electric (484 km), el Chevrolet Bolt EV (459 km) (EN) y el Kia e-Niro (455 km) ya ofrecen una autonomía similar al vehículo de combustión medio. Para que te hagas una idea, podrías viajar de Bruselas a París (316 km) y de Londres a Liverpool (350 km) sin necesidad de cargar el vehículo. Además, los coches de lujo como el Model S de Tesla tienen una autonomía de 610 km con una carga completa, por lo que podrías desplazarte de Barcelona a Madrid sin ningún problema. Un informe del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea (EN) muestra que la distancia de conducción media al día es de 40 a 90 km, por lo que incluso los modelos más antiguos de vehículos eléctricos serían adecuados para la vida cotidiana.
4. ¿Hay suficientes estaciones de carga?
Otro de los aspectos que más preocupan a los clientes es si la infraestructura de carga actual cuenta con el suministro necesario para todos los vehículos eléctricos. Esta cuestión es menos importante de lo que parece. La mayoría de las personas conduce una media de 40-90 km (EN) al día, por lo que pueden cargar sus vehículos por la noche sin la necesidad de utilizar estaciones de carga públicas. Dado que la mayor parte de los conductores de vehículos por combustión no llenan el tanque en sus casas, no tiene mucho sentido comparar el número de estaciones de carga públicas con el de gasolineras (EN).
Además, este aspecto dejará de tener importancia en el futuro, ya que el número de estaciones de carga crece a un ritmo frenético por todo el mundo, como se puede apreciar en los mapas de carga de vehículos eléctricos como Open Charge Map (EN), PlugShare, Chargemap o incluso Google Maps. El siguiente estudio (EN) también muestra que la cifra de 2379 estaciones de carga en Europa en 2011 se ha disparado hasta 190 000 en 2020. Los gobiernos y las empresas han lanzado recientemente incentivos y programas para impulsar el número de estaciones de carga y este modelo seguirá siendo tendencia en el futuro. De hecho, nuestro artículo “Una mirada a cómo el COVID-19 está transformando nuestro medio ambiente” muestra que, dado que los gobiernos quieren reconstruir la economía tras la epidemia del COVID-19, tenemos una gran oportunidad para reforzar la infraestructura de carga eléctrica para crear un planeta más sostenible.
5. ¿Es la carga de los vehículos eléctricos lo suficientemente rápida?
Otra idea equivocada entre los posibles compradores de vehículos eléctricos gira en torno al tiempo de carga. Sin embargo, hay que tener en cuenta que es posible cargar el vehículo en casa durante la noche sin necesidad de acudir a estaciones públicas, por lo que el proceso es mucho más práctico y el usuario lo tiene listo para conducir por la mañana sin ninguna preocupación.
Asimismo, el desarrollo de la tecnología ha mejorado considerablemente los tiempos de carga en los últimos años. Por ejemplo, puedes cargar la batería de 30 kW de un Nissan Leaf con un cargador rápido de 22 kW en 90 minutos. Por otro lado, los cargadores ultra rápidos con capacidades de 150 kW o incluso mayores acaban de llegar al mercado, por lo que pronto se tardará minutos en cargar los vehículos eléctricos.
6. ¿Son los vehículos eléctricos realmente una opción más limpia y sostenible?
También existe cierto escepticismo en torno a los beneficios de los vehículos eléctricos para el medio ambiente. La realidad es que sí son beneficiosos, ya que es un transporte ecológico que allana el camino hacia un futuro más sostenible. Por ejemplo, se ha demostrado que el modelo eléctrico de un coche de tamaño medio contamina menos que el de combustión (EN).
Los vehículos eléctricos funcionan por energía, por lo que son más beneficiosos para el medio ambiente que los coches con motores de combustión. Sin embargo, es muy importante garantizar que la energía que alimenta los vehículos eléctricos provenga de una fuente ecológica. Por otro lado, los vehículos eléctricos también ofrecen otra ventaja frente a la producción de energías renovables, ya que la disponibilidad de estas varía en función del momento del día o la estación del año. La tecnología de la carga inteligente nos permite alinear el consumo de electricidad de vehículos eléctricos con la disponibilidad de las energías renovables, haciendo que estas energías sean todavía más sostenibles.
Otra cuestión que se plantean los consumidores es si el proceso de fabricación de los vehículos eléctricos es respetuoso con el medio ambiente. El siguiente estudio (EN) ha demostrado que los vehículos eléctricos producen muchas menos emisiones durante su vida útil que los vehículos de combustión. Sin embargo, el proceso de obtener la materia prima y fabricar baterías de ion de litio genera residuos y emisiones dañinas al medio ambiente. Por este motivo, es importante mejorar el proceso en toda la cadena de suministro, con el objetivo de que todas las partes interesadas desarrollen estrategias que sean aún más sostenibles.
Hoy en día, ya se pueden apreciar ciertos avances, dado que la producción de baterías de ion de litio crean menos de la mitad de las emisiones que en 2017 (EN), aunque sigue habiendo margen de mejora en los procesos de fabricación y en su ubicación. Por ejemplo, las baterías fabricadas en Europa tendrían una huella de carbono menor, ya que utilizan fuentes de energía más sostenibles en las fábricas (EN). Adoptar unos procesos de fabricación y reciclaje más desarrollados también ayudaría a reducir las emisiones considerablemente (EN).
Por si fuera poco, también se están lanzando iniciativas relacionadas con el uso de la batería al final de su vida útil. Por ejemplo, las baterías que pierdan su capacidad pueden emplearse como medios de almacenamiento de energía y producir hasta un 70 % de su energía. Los procesos de reciclaje también están mejorando, y cada vez hay más empresas que extraen los metales preciosos de las baterías para su reutilización, evitando así la contaminación y ayudando a frenar el impacto de la alta demanda por materias primas que produce la sobreexplotación de los recursos.
Considerando todos estos aspectos, es evidente que los vehículos eléctricos son un medio de transporte más ecológico y sostenible.
7. ¿Está nuestra red eléctrica preparada para la transición hacia los vehículos eléctricos?
Hay personas que se plantean si nuestra red eléctrica está preparada para recibir la llegada masiva de los vehículos eléctricos en el futuro. La realidad es que los vehículos eléctricos serán una solución en lugar de un problema para las redes, sobre todo en la transición hay una sociedad más sostenible.
Es evidente que contar con más vehículos eléctricos supondrá un aumento en la demanda de energía. Sin embargo, gracias al desarrollo de la carga inteligente y la carga bidireccional, la red eléctrica podrá soportar esta demanda sin necesidad de gastar grandes sumas de dinero en mejoras de la infraestructura. Por ejemplo, como hemos explicado en nuestro artículo “La carga inteligente: una tecnología beneficiosa para todos”, las compañías eléctricas pueden aprovechar la carga inteligente para desarrollar sistemas de energía dinámicos que se conecten a los coches eléctricos, lo que nos permitiría equilibrar la carga, ajustar los picos de demanda y evitar la necesidad de un aumento de la capacidad energética. Nuestro artículo titulado “Electrificación del transporte: clave para la transición climática“ también señala que los cargadores bidireccionales permiten almacenar energía en los vehículos eléctricos que apoye a redes de suministro de origen renovable. La combinación de ambas tecnologías permitirá reducir la presión en la infraestructura, ya que podremos cargar nuestros vehículos por la noche cuando la demanda sea más baja y utilizarlos como suministro energético durante las horas de mayor demanda.
Los vehículos eléctricos están preparados para el futuro
La pandemia del COVID-19 ha afectado a las ventas en todas las industrias, pero los informes demuestran que se ha mantenido el interés en los vehículos eléctricos a pesar de la caída en las ventas del sector automovilístico (EN). En el Reino Unido, la matriculación de vehículos eléctricos e híbridos enchufables ha aumentado considerablemente (EN), a pesar de que se produjeron casi la mitad de las matriculaciones estimadas en el sector automovilístico. Los consumidores tienen un gran interés por cambiar al transporte eléctrico (EN), y no solo en relación a sus vehículos. Exigen una mayor inversión en infraestructura, transporte público y mejoras fiscales, y su deseo por el cambio jugará un papel fundamental en la transición hacia un futuro sin vehículos de combustibles fósiles. Es una decisión más sencilla de lo que parece y depende de nosotros. Los vehículos eléctricos pueden ser igual o más prácticos, económicos y placenteros de conducir que los vehículos de combustión. Y todo mientras ayudamos en la transición hacia un futuro más sostenible.